lunes, 16 de julio de 2012

Julio Raggio: La muerte es un descanso, y no un castigo.

Me gusta porque terminó siendo lo que yo quería que sea: un espacio de catarsis. No me importaba cuantas personas leían, cuantas comentaban, cuantas se hacían amigas o favoritos, ni escribir periódicamente. Sólo eso: un lugar para tratar de desatar ese nudo que a veces se me hace en el pecho.
Pensar que a veces nos creemos inmortales; cuando la línea que nos separa de la muerte, es extremadamente angosta. Lo único que tenemos todos en comùn, es que vamos a parar al mismo lugar: al cajón.

Como todos los miércoles, toqué timbre. Tengo llave, pero siempre me pareció inapropiado subir directamente. Entonces, antes de subir, siempre avisaba que estaba por hacerlo. Llegué temprano, exactamente ocho minutos antes. El celular, en números grandes, como para que no me los olvide, me decía que eran las 19:52. Me saqué los auriculares, toqué timbre, y esperé. Esperé unos minutos, y cerca de las 20 horas, volví a tocar timbre: con el ruido del piano y las voces, muchas veces no lo escuchaba. Seguí esperando. Cuando llovía, la humedad hacía que algún circuito del portero se altere, y no funcionaba: -"capaz no anda de nuevo" me dije. Agarré el celular y llamé: me atendió el contestador.
Toda la vida viviendo solo y un estricto orden profesional: nunca me suspendió una clase sin avisarme. La situación, me llamaba la atención. Había tocado timbre dos veces, y nada. Llamé, y me atendió él: pero era su voz grabada en el contestador. Llave en mano, tomé la decisión de subir. La puerta tiene una especie de visor, a través desde el cual, desde afuera se puede ver para adentro. La luz apagada, y el piano ahí, desconcertado, como perdido entre la oscuridad. Ni un maullido escuché. Nada me cerraba. Nada.
Me fui preocupado, pero optimista: "tal vez tenía alguna presentación en la escuela, o tuvo algún problema y no alcanzó a avisarme". Lo llamé el jueves, y otra vez me atendió su voz grabada en el contestador. El viernes, pasó exactamente lo mismo. Ingenuo yo, le dejé un mensaje: "Julio, te habla Javier. Estuve el miércoles, me cansé de tocar timbre, te llamé, subí y estaba todo apagado. Estoy un poco preocupado, cuando escuchés el mensaje llamame por favor, así me quedo tranquilo". El sábado no supe nada de él, nuevamente. Pensando lo peor, le conté la situación a mi mamá: "si no me responde mañana, el lunes voy a llamar a la emba, ahí me van saber decir". El domingo al mediodía, ese mensaje casi resginado que le había dejado el viernes en el contestador, seguía sin respuesta. No me aguanté. Puse emba en google, e hice click en el primer enlace que me apareció: abajo, chiquitito, ahí a la izquierda, él sentado frente a una computadora me miraba, y las letras de arriba me decían: "Chau Julio". Si. Te habías ido. Ahí, al barrio que hay atrás de las estrellas.
Quería saber más... No sabía como saber más. En el 2008 te habían internado, y me llamó Alberto Rojo, alumno y amigo tuyo para avisarme que no iba a tener clase... Lo había agendado... Alberto y Guadalupe Raventos, ex alumna tuya, y profesora mía de canto grupal en la emba, de quien guardaba el email, eran las dos opciones. No quería llamarlo a Alberto, por pudor, y porque no quería ponerlo en esa situación de tener que contar todo de nuevo. Aunque a Guadalupe la ponía en la misma situación, le daba el beneficio de tomarse los tiempos para escribir. Elegí escribirle a ella, y la respuesta fue: "Lo que pasó, entendemos que fue un infarto. Se fue en calma, probablemente, ya que lo encontraron sentado, con todo dispuesto para ponerse a cocinar. No parece haber sido nada doloroso. Se fue en paz."Se recontra re terminaba de confirmar. Si, te fuiste,
Soy un amante de las frases, y hace un par de semanas, escuchando a un tipo en la tele que estaba en situación de calle y dormía en un auto, cuando le preguntaron por la muerte, dijo algo así como "no pienso en la muerte como un castigo, hace muchos años que vengo peleándola por mi hijo, y el día que me toque, no va a ser un castigo, va a ser un descanso". Esa frase me quedó, que la muerte es un descanso. Y de eso se trata Julito, de descansar. Llegó el momento de descansar. 

Para mi, se fue un maestro. No un profesor. Profesor es el del gimnasio que te hace la rutina y nunca más le hablás, o el particular que te prepara una semana antes para zafar el parcial de estadística. Julio, fuiste un maestro. El maestro te acompaña, te guía, te cuida, te aguanta caprichos. Todo eso me diste. Quiero que cuando alguien "googleé" Julio Raggio, aparezca esto. Porque quiero que sepan quien fuiste, al menos para mi. Porque no solamente me dijiste que nota tenía que corregir: me invitaste a quedarme tomándonos una cerveza y charlando, me hiciste conocer Angelín, me enseñaste cómo se comporta un profesional, siempre estuviste atento para saber cómo estaba, que hacía, si tenía canciones nuevas, cómo estaba mi familia, mi novia, te tomaste el colectivo para ir a verme tocar cinco temas a san telmo o a constitución, me llenaste de anécdotas y enseñanzas. Los miércoles a las 20 hs voy a tener un vacío en la agenda. Y todavía te debo el asadito, y hace dos años que vengo amagándote con cambiarte las cuerdas de la guitarra.... Pensar que el último miércoles estábamos viendo que gimnasio podías arrancar, y hoy estoy acá, tratando de ver por dónde empezar a desatar este nudo.
Sé que nunca más voy a pararme en frente del piano, ni a estar rodeado de todos tus discos, ni a putear porque vienen los gatos y se paran arriba de las teclas e interrumpen la clase... Ni meterme al quilombo ese que tenías en la cocina a buscar un vaso de agua "sierra de los padres", ni a tomar las cervezas importadas que solamente vos comprabas, ni a insistirte para hagás un recital, ni tampoco a insistirte para que hagás una presentación de alumnos, ni tomarme el shot del "hiram walker" que tenías arriba del piano, ni angelín...ni hablar de cocina, política, viajes... y la vida... en general... y a aprender de vos...
No puedo parar de pensar. Te fuiste en tu día libre: "los lunes me los dejo libres. Como no voy a la escuela, tampoco tengo alumnos. Solamente para recuperar alguna clase. Pero aprovecho los lunes parar hacer trámites, ir al supermercado, ir a comprar..." Ahí, tranquilo.. En TU día.. En el único que tenías para vos. De martes a sábados nos escuchabas a nosotros ladrar intentado vocalizar, y los domingos, como siempre me decías, a Lomas de Zamora a visitar a tu hermano (y a tu cuñada que cocinaba muy bien).
Y ahora vos allá. Y yo con la culpa, de haberme enterado recién ahora, 6 días después. En parte por destino, y en parte porque imaginándome lo que pasaba, preferí evitar la situación... pero estaba todo dicho... Si no lo escuchás, confieso que, ingenuo yo, cuando me enteré la noticia, te dejé en el contestador:-"Julio, donde sea que estas, te mando un abrazo".. y por las dudas vuelvo a probar por acá, a ver si allá arriba le agarraste la mano a internet....
Me duele no haber podido haber estado ahí, para despedirte.. Para decirte:-"chau fenómeno, cuidate, nos vemos el miercoles" como siempre, aún sabiendo que no te iba a volver a ver..
Espero que este sea el descanso que te merecés... Disfrutá allá arriba de bach, mozart, chopin, bennett, sinatra, y todos esos personajes que admiraste, admiras, y admirarás, ahora que los tenés cerca. 
El próximo 2 de febrero, voy a levantar una copa en tu memoria. Porque vas a seguir cumpliendo años: en cientos de cantantes que quedaron dando vueltas, en decenas de profesores que educaste y hoy transmiten lo que aprendieron de vos, en tres gatitos que hoy se quedan dándole amor a una amiga tuya y la compañía que te dieron a vos; y en ese piano hermoso que quedó solo, ahí, esperándote...pero que alguien va a volver a tocar...y en los corazones de todos los que te quisimos y queremos.
Julio, es lo única manera que tengo para vomitar todo esto que tengo adentro.
Te voy a extrañar viejo, hasta la próxima. 



En memoria de Julio Raggio, mi MAESTRO. (02/02/1943 - 09/07/2012)

Javier Nicolás Escribano.
javierescribano_@hotmail.com
@tuityeiv



sábado, 3 de marzo de 2012

Diecinueve años.

Entró a la estación de servicio y sin prestar demasiada atención encaró a la heladera de las gaseosas. Sacó una coca de un litro y medio y se dijo a sí mismo “esto no va a alcanzar”. La guardó y agarró una más grande. Mientras todo esto pasaba, escuchaba que una mujer discutía con la cajera porque la bolsa de hielo que la semana pasada le había costado cuatro pesos, hoy estaba a seis.

Ya con su gaseosa en mano, se acercó a la caja con el objetivo de pagar. Sabía que en las estaciones de servicios era todo más caro, pero era tarde, no había muchos lugares abiertos y el fernet lo estaba esperando.

Mientras la mujer seguía discutiendo con la cajera y amenazaba con no volver a comprar nunca más en ese lugar, algo lo sumergió en un viaje en el tiempo. “Esa voz la conozco” dijo, y se fue al costado de la fila de personas que, nerviosas por la situación provocada por la dama, esperaban para pagar. Desde ese lateral reconoció ese perfil, aunque sus ojos no querían creer lo que estaba viendo. “Está igual” pensó, y apoyando la botella en la primer superficie que encontró, salió detrás de esa mujer. Antes de que se suba a su auto la logró interceptar:

-¡¿Paula?! - Exclamó él entre seguridad y dudas.

Perpleja ella, lo miró buscando una explicación. El recibió esa mirada de una manera distinta a la que esa mirada había escapado de los ojos de ella. Habían pasado tantos años, diecinueve exactamente. Casi dos décadas después, recordaba cada momento como se hubiesen pasado ayer. Nunca imaginó que este día iba a llegar.

El día que la familia de Paula partió al sur en busca de un futuro mejor, se derrumbaron todas sus ilusiones. Después de ese 26 de enero de 1984, nunca más volvió a sentir algo así por alguien, y no podía dejarse de preguntar cada mañana mientras desayunaba “¿Qué hubiera pasado si….?”

Todo esto pasaba por su cabeza en ese segundo.

-Si, Paula, ¿nos conocemos?. - No podía creer lo que estaba pasando. La respuesta de ella fue una daga en el medio de su pecho. No podía entender como no lo había reconocido….

-Paula, estás igual. No puedo creerlo. Sos vos. – Estaba helado. Era ella. – ¿En serio no me reconocés?

-Disculpame, la verdad que no.

-Soy yo, Gonzalo, toto.- No había terminado de decir “toto”, cuando vio como la cara de Paula se transformaba, abría los ojos y dejaba caer su mentón.

-Toto… ¡Toto!

-Si Paula soy yo, Toto…-mientras se acercaba de a poco a la humanidad de Paula.

-¡Toto!, ¡¿Qué hacés Toto?!

Un abrazo fuerte entre los dos en silencio, era solamente decorado por las bocinas de los autos y el ruido de los colectivos.

-¿Qué hacés acá Paula? Pensé que no te iba a volver a ver nunca más…

Gonzalo siempre había sido una persona descuidada. Había terminado la secundaria a los tumbos, había trabajado de muchas cosas y en muchos lugares sin afianzarse nunca en ninguno, tenía un hijo en Tandil con el que hablaba poco y nada, y como era esperable, en estos diecinueve años no le había prestado mucha atención a su estética. Ya no era ese flaquito de 17 años que hacía suspirar a más de una.

-Toto, que cambiado estás...-Exclamaba desilusionada Paula mientras miraba un tipo de casi cien kilos, muy barbudo, con una maya roja y una camiseta de boca.

-Vos estás más linda que la última vez que te vi.

-Eso fue hace como veinte años toto – Dijo ella riéndose.

En ese momento tomo noción de todo el tiempo que había pasado. Eran diecinueve años sin saber nada de la mujer más importante que había pasado por sus brazos. Diecinueve años sin saber si estaba viva o muerta. Diecinueve años sin saber si todavía estaba en Rio Gallegos o no. Diecinueve años sin saber nada, absolutamente nada.

-¡Diecinueve!-corrigió él – Paula, no puedo creer que estés acá. Siempre me acuerdo de vos.

En frente de sus ojos veía a esa Paula de 17 años que le hacía los trabajos prácticos y lo cubría para ratearse. En frente de sus ojos estaba esa chica de 17 años que había visto desnuda. En frente de sus ojos estaba Paula, pero mucho más linda que hace 19 años.

-La verdad que es muy loco todo esto Toto.

-Te juro que no caigo todavía. Estaría bueno juntarnos, ir a tomar un café...- le dijo, mientras divisaba en la mano izquierda de Paula un anillo. - Si a tu marido no le molesta, claro.

No había estado bueno ver ese anillo. Para Gonzalo, lo de Paula y él no había terminado hace 19 años.

Paula dudó y patinó, como quien intenta zafar de una situación que no esperaba.- ehhm, mmm, ehm, si si, estaría buenísimo juntarnos. Dejame tu número y la semana que viene te llamo así arreglamos.

Gonzalo sabía que esa llamada era posible que nunca se concrete. –Mejor dame vos el tuyo y yo te llamo.-le retrucó.

Incómoda por la situación, Paula se disfrazó de burrito ortega, y gambeteó.

– Uy, sabés que nos estamos mudando, y todavía no tenemos línea.

– Bueno ¿tenés para anotar? -Paula se metió en el auto y de la gaveta sacó una bic azul y un papelito.

–Te doy el de mi casa, estoy viviendo solo- tiró Gonzalo dejando entrever sus intenciones. – 4589 2319. A ver, repetime, capaz que anotaste mal.

– 4 5 8 9 2 3 1 9.

–Está perfecto.

–Bueno Toto, que lindo volver a encontrate… te tengo que dejar porque me están esperando.

–Si, me imaginé…-dijo algo frustrado.- Espero tu llamado entonces.

– Dale, estoy con la mudanza, cuando esté con tiempo te llamo y arreglamos para tomar un café tranquilos, ¿dale?.

Se dieron un abrazo acompañado de un tímido beso en la mejilla. Paula se metió al auto, y Gonzalo se quedo parado, viendo como el corsa blanco hacía marcha atrás y se perdía por la avenida. Se metió a la estación de servicio, pagó la coca, y se fue caminando en la dirección contraria de la avenida, sabiendo que tal vez, otra vez, nunca más iba a volver a verla.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Segunda oportunidad.

Dedicado a mi amigo, que me enseñó que a veces hay gente que vale la pena más allá de la burbuja:

Si hasta ayer, solo fui lo que antes construí, hoy solo soy, lo que ayer trate de ser. Incluso antes
de volver, e intentar cambiar, me resigno y me voy. Si hasta ayer, solo fui el futuro que construí,
no me quedo con las manos vacías, porque eso ya lo viví, agradeciendo no haber sido un presente testigo de mi pasado, sino un poeta frustrado que se dedicó a la canción.
Supe ser fuerte, y aprendí que para ser hombre, no se necesita golpear, sino resistir y entender cuando es el momento de partir, con la cabeza baja, pero con la frente alta, y sin darle la espalda, a eso de lo que me arrepiento, pero alguna vez fui.
Incluso hasta los versos mas inconclusos de esta canción, pueden llegar a surgir con un par de cervezas de más, y aunque suene a desatino, tengo el consentimiento del destino, que me enseñó a dar una segunda oportunidad.
Serví una copa más, que recién esto esta por empezar, y que sean las seis, no quiere decir que sea el final, sino el comienzo, y ahora que lo pienso, hay mucho por cantar.
Consiste en dejarse llevar, tratar de ser feliz no es tan caro, es una cuestión de improvisar: Risas bien derrochadas, mil cervezas descorchadas, y de nada me arrepiento, si lo hago me miento, y no me quiero engañar. Y para que me voy a mentir, si es todo lo que en este momento se puede pedir, la manera mas fácil que encontré de ser feliz: amigos, bares, y para colmo de males, algo de alcohol.
Y ahora volemos un ratito, que pensar no es hacer un esfuerzo, sino que nazcan los versos, y de hablar yo sé bien, y al hablar te encontre, y esperando busqué, algo mas que lo bueno, lo bueno
de estos tiempos.

martes, 24 de agosto de 2010

la voluntad de pocos es la condena de muchos...


Porque a veces pocos pueden mucho, y muchos pueden poco. Porque a veces esos pocos hablan demasiado, y esos muchos callan tanto... Porque esos muchos seguramente reniegan y se resignan al destino, dando por hecho que no hay otra opción; y porque a veces esos pocos creen que hay otra opción, que va a ser el destino de esos muchos...
No se quien fue el que dijo que si muchos nos unimos podemos lograr lo que queramos... Me parece que es un tremendo estúpido... O capaz que vivió en otro planeta, y nos dejó eso como un fósil de una luna capaz, mas justa... Evidentemente, cuanto menos se unen, mas logran... Concentran las fuerzas y su voluntad será la que mande... Y esos muchos, van a seguir discutiendo, y como son tantos, van a seguir sin escucharse, y como van a seguir sin escucharse, no van a poder entenderse, y como no van a poder entenderse, no van a poder llegar a nada, y como no van a llegar a nada, van a tener que resignarse a la voluntad de esos pocos, que al ser, justamente pocos, pueden escucharse, entenderse y llegar algo; y llegar a mucho; y con su divina parla, convenceros de que es lo mejor.... de que "juntos somos mas", de que "cada uno tiene sus límites" y de que "cada uno es consciente de lo que puede aportar"... ¿de que límites? ¿quién tiene límites?... realmente no conozco a nadie que tenga limites, pero conozco a muchos que no tienen fuerza. Porque justamente la fuerza va a ser el limite... Cuanto menos fuerza, mas limitado está uno... Y por eso, esos pocos pueden condenar al resto: porque tienen mas fuerza, por lo tanto, no están limitados... entonces, cada uno se pone los limites, en la medida del desgaste de fuerzas que este dispuesto a hacer... no sé si me explico...

sábado, 29 de mayo de 2010

He visto a dos niños jurarse abrazados eternas locuras que sé que ningún ser humano se las ha enseñado... He visto la vida, colgar de sus manos. He visto a dos niños mirarse a los ojos y sentirse felices de estar amarrados.... Es que yo he oído el poema que él le ha dedicado: "tu eres mi paz, y tu horizonte es mi temor.... pero tu eres mi paz".... Y aunque jamás sera lo mismo aquel rincón porque le falta el temblor de tu cuerpo.. y le falta la noche, el relente, y la envidia de la gente.. y es que yo he oído el poema que el le ha dedicado... Silencio.... shh...silencio... Shh... Silencio... Shh... Que en la cama de un amante la magia duerme poco, pero se acuesta antes...Silencio, silencio, que la magia duerme, silencio... que en la cama del amante la magia duerme poco, pero se acuesta antes...
He visto a la gente pasarles rozando y he visto que algunos se han ido, y algunos se quedan... y algunos jamás han estado.... He visto a la vida, soltarse a su lado. Y al fin a esa niña mirarme a los ojos y los versos mas bellos, salir de sus manos, y es que yo he oído el poema que el le ha dedicado...Silencio.... Silencio... Silencio... Que en la cama de un amante la magia duerme poco, pero se acuesta antes... Silencio, silencio, que la magia duerme, silencio... que en la cama del amante la magia duerme poco, pero se acuesta antes..

martes, 16 de marzo de 2010

La gente "tenedor libre". Un poquito de cada cosa.

Viven en la mediocridad de no ser ellos mismo. Y usan siempre la misma herramienta para hacerse conocer. Una herramienta muy efectiva, pero ridícula: no ser ellos mismos. Son como el espejo de quien les gustaría ser. La puta, creo que en esta vida(al menos a mi parecer), no hay nada mas lindo que ser singular. Tengo la desgracia, pero también la suerte, de conocer gente que no sabe lo que es la singularidad. Me acuerdo de aquel personaje de Dragon Ball Z, que se llamaba Cell. Era un enemigo, que estaba hecho con células de Goku, Vegeta, Piccolo, y Freezer (o como diablos se escriba). Bueno, esa gente es lo mas parecido a ese personaje.
Es como que no existen, como que son un rejunte de todo aquello que creen copado. Van sacando de cada persona algo, y lo van haciendo propio. Pero por Dios, que concepto horrible de SER que tienen!!! De chico nos enseñan que lo mas importante de una persona es lo de adentro y no lo de afuera, que hay que valorarlos por lo que son, pero ¿como voy a valorar a una persona que adentro no tiene nada de el, sino un poco de cada imagen que le genera admiración? ¿que puedo rescatar de una persona que no es el?. Creo que una enseñanza: Javier, nunca hagas eso.

Se repiten, y se repiten, y se vuelven a imitar, y se vuelven a repetir. No solo eso, sino que se copian de afuera, para volver a copiarse entre ellos mismos. Y como no se aburren de eso, vuelven a copiarse. Y en la monotonía de su poca originalidad, vuelven a copiarse y a copiarse. Entonces se repiten, y se repiten, y se vuelven a imitar, y se vuelven a repetir. Y así sucesivamente. Pero bueno, esa mediocridad, los hace felices. Allá ellos.

A mi me molesta que ellos sean así. Yo lamentablemente soy de otra manera, y tienen todo el derecho a molestarse por como soy, si yo puedo, ellos tambien, ¿no?.

lunes, 8 de marzo de 2010

Uf, encontré esto escrito, de hace dos años. Lo escribí en vísperas del primer día de clases de mi ultimo año en el colegio. Buenisimo, porque fue copiar y pegar, y no tuve que escribir nada.


EL PRIMER DIA DE CLASES:

*todos llegan temprano

*los revoltosos de siempre dicen "este año nos vamos a cagar de risa", el primer día se la pasan jodiendo desde que entran hasta que se van, a punto tal que los profesores los toman de punto y les hacen la vida imposible todo el año

*los que durante el verano se hicieron algun "cambio de look", van el primer día al colegio con esa rareza, sabiendo que los profesores, preceptores y directivos le van a llamar la atención, al otro día ese "cambio de look" (reflejos, pelo teñido, cubanas, rastas, barbas, chivas, etc), desparecen, y a ellos les queda la satisfacción de haberlo mostrado el primer día y que todos los hayan visto.

*las chicas ansiosas por los compañeros nuevos, los chicos ansiosos por las compañeritas nuevas, y despues del primer día se encuentran con la sorpresa de que no entró nadie, o de que los que entraron es mejor que no lo hubieran hecho.

*los que pasan a polimodal muestran una actitud de como "superados".

*los que pasan a polimodal extrañamente fuman a la salida del colegio.

* las chicas se producen con el fin de sorprender o impresionar a sus compañeros, y no se dan cuenta que estan iguales al año pasado.

*las parejitas del año pasado, desaparecieron, y las que se hicieron durante el verano, pasean felizmente por el colegio juntos.

*las chicas que entran a polimodal, se babean con los chicos mas grandes, los chicos que entran a polimodal, tienen material para divertirse a la noche.

*los profesores del año pasado, se vuelven piolas.

*los que repiten aparecen a la salida.

*los que egresaron el año pasado van al colegio, no sé a que.

*los de tercero se creen superiores.

*las chicas histeriquean con los preceptores.

*los directivos en vez de saludarte, buscan algo en tu presentación personal para llamarte la atención.

*los "piolas de siempre" entran al colegio sin carpetas, sin birome, sin ningún útil bajo la excusa "ni me importa el colegio"

*Y FINALMENTE: a la salida, cuando te encontrás con alguien se dicen mutuamente "ni ganas el colegio"